martes, 26 de febrero de 2013

PON UN PREFIJO EN TU VIDA


¡FALSAS ESPERANZAS!

¡Toma! Hoy es viernes, hoy pasamos las seis horas de clase con el mejor anti-profesor del mundo. ¡Ya que es un día muy especial voy a estrenar mi nueva hiper-mochila que nos a regalado a todos! Fui a desayunar rápido y directamente me fui al colegio con más ganas que nunca, estaba tan emocionada que mi madre se asustó.
¡Pero qué chasco! Casi me pongo a llorar, hoy no estaba el anti-profesor, vino una sustituta más mala que un perro cazador con hambre. Me intenté escapar pero esa señora tenía ojos en la espalda, en la nuca, en todos sus músculos existentes hasta en los inertes. Esas seis horas se me pasaron como tres mil años, no paramos de hablar sobre perros. Pero lo peor de todo no fue eso sino que al llegar a casa llamaron del colegio diciendo que el anti-profesor no iba a volver nunca más, se desconocía la causa. Me puse muy triste, no sé si la sustituta será nuestra nueva profesora de los viernes o traerán un nuevo anti-profesor. No lo sabía ni yo ni nadie de la clase… hasta el próximo viernes nada…

Hecho por Cristina Pérez Barrientos

¡MALDITO BIPROFESOR!

Un día, estaba en casa con un montón de deberes que nos mandó nuestro biprofesor. Eran ya las ocho de la tarde y me quedaban veintitrés ejercicios de matemáticas. Entonces decidí meter los bolígrafos en el antibolígrafos y destruirlos. Después me puse a ver la tele.

            A la mañana siguiente, en clase, entró nuestro biprofesor de matemáticas, con sus habituales caras aterradoras.

            -¿Habéis hecho los ejercicios que mandé? – gritó el biprofesor.

            Todos los alumnos asintieron excepto yo.

            -Profesor, profesor, yo no los he hecho.

            -Pues dos negativos, te recuerdo que soy tu biprofesor. ¿Ahora qué me dirás? ¿Eh? ¿Una excusa barata? ¿Qué un subrratón se ha comido tus bolis?

            -No, se los ha comido mi antibolígrafos.

            -Basta ya de tonterías. Fuera de clase el doble de tiempo que queda de la hora. Que es… una hora. ¡Fuera!

Hecho por Mario Rodríguez Valdés